martes, 28 de junio de 2016

las rosas de tsu-ling desde la vista de pao



Lo admito. Siempre estuve celoso de las rosas de Tsu-Ling. Sí, yo todos los
días espío por un agujerito las rosas de él, pero no fue mi intención escuchar
la conversación de Tsu-Ling y Feng. La verdad no me pude detener cuando
empezaron a hablar. Cuando vi que el Sabio Feng venía para mi casa, me hice
el disimulado y me fui a sentar en el sillón. Realmente tenía miedo de que me
hubieran visto y quisieran interrogarme. A los pocos minutos, escuché el
timbre. Mis preocupaciones habían sido confirmadas: era el Sabio Feng.­
_Buenos días, mi querido Pao­­_ dijo ­_Lamento molestarlo. ¿Podría pasar?­_Tenía
un gran presentimiento de que me iba a preguntar sobre las rosas y al mismo
tiempo sentía un gran miedo:­_Sí, sí, pase_ dije un poco temeroso. Nos
sentamos en el sillón y me preguntó si sabia algo sobre las rosas rojas de Tsu-Ling. Le respondí que no, que apreciaba mucho sus rosas como para destruirlas. Hablamos un poco sobre ellas y lo invité a retirarse con un poco de apuro.
Al otro día, me volví a fijar por el agujerito, pero esta vez Feng estaba cavando un pozo y Tsu-Ling no parecía muy contento con la idea. Luego de un rato me aburrí y decidí irme; pero, cuando di la vuelta, escuche un grito. Era
Tsu-Ling que confesaba que había matado a su esposa que yo amaba. Salí
corriendo hacia mi casa. No todo los días escucho que alguien confiese un asesinato.
Hace varios días dejé de ver por ese agujero, hasta que un día volví a hacerlo, pero Tsu-Ling no estaba. Así que fui a ver qué pasaba. Feng me vio y me dijo que Tsu-Ling había muerto. Me quedé impresionado. Fui a mi casa y me acosté en la cama y me dije: aunque Tsu-Ling haya fallecido, mis cosas nunca serán tan buenas como las de él.

Fin